Las mujeres de la República Democrática del Congo
(RDC) toman la palabra y no porque se la cedan los hombres sino porque la saben
suya y la usan sin dudar.
Otro nombre propio: Caddy Adzuba. Periodista
congoleña con varios premios internacionales por su defensa de la libertad de
expresión. Argumenta que para ella ser periodista es comunicar y defender los
derechos humanos, que es necesario que en las zonas en conflicto la periodista
informe de lo que ocurre a todo el mundo y haga llegar esa información una
población local que apenas sabe leer. Por todo esto Caddy ha sido amenazada de
muerte en varias ocasiones.
Es directora del proyecto “Un Altavoz para elSilencio” de la Fundación Euroárabe y trabaja en la emisora Radio Okapi creada
dentro del programa de las Naciones Unidas para el Congo. Desde ambos espacios
no duda en denunciar a la prensa occidental que acudió al estallar la guerra
persiguiendo la primicia pero olvidó las consecuencias del conflicto y apenas
informa de la situación actual. Entre las consecuencias ignoradas están las
casi 300.000 mujeres que han sido violadas sin que apenas se hayan producido
juicios y sin que el gobierno haga un verdadero esfuerzo por perseguir a los
culpables. Pero es que en palabras de la propia periodista: “Son los propios
criminales de guerra los que dirigen el país”.
Caddy Adzuba debería de haber acudido al II Encuentro de Mujeres que Transforman el Mundo celebrado en Segovia que comenzó el 23 de marzo
y que finaliza hoy, 1 de abril. Sin embargo su gobierno le ha negado el visado
sin aducir motivo alguno. Eso no impidió que fuera entrevistada vía skype por
la corresponsal de guerra Mayte Carrasco y participara en un posterior coloquio
al que se sumó la magistral Rosa María Calaf. Fruto de su intervención y de la
información que hemos podido localizar compartimos con todos vosotros algunas
de sus declaraciones:
“Mis ojos han visto cosas que nadie debería ver.”
“La mujer ha de intervenir como actora de paz, no
como víctima.”
“El cuerpo de la mujer se ha convertido en un campo
de batalla, la violación es un arma de destrucción masiva.”
Por suerte esta historia no acaba aquí. Caddy informa
que en las provincia de Kivu del Sur, una de las más peligrosas del país, las
mujeres han comenzado a manifestarse, a crear redes de apoyo, ha romper el
silencio y a pedir justicia. Es un largo camino pero ya ha comenzado.
Vídeo con entrevista aquí
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